Presencia

El Poder de la Presencia en las Constelaciones Familiares

Las Constelaciones Familiares son un enfoque terapéutico que busca sanar las dinámicas familiares disfuncionales y revelar las fuerzas invisibles que influyen en la vida de una persona. Se nutre de la presencia y la observación profunda de los fenómenos. En este artículo, exploraremos la importancia de la presencia en la terapia de constelaciones familiares, centrándonos en cómo las ideas preconcebidas pueden ser contraproducentes y cómo la presencia del terapeuta y el consultante puede conducir a soluciones más efectivas.

La Limitación de las Ideas Preconcebidas

Las ideas preconcebidas pueden ser una barrera significativa en el proceso de las constelaciones familiares. Tanto el terapeuta como el consultante pueden llevar consigo ideas arraigadas sobre lo que debería ser la solución o cómo debería desarrollarse la sesión terapéutica. Estas ideas pueden ser nebulosas y contraproducentes, ya que tienden a alejar a las personas de la realidad presente y del campo de la constelación.

El terapeuta puede llegar a la sesión con una idea previa basada en su experiencia o en la teoría que ha estudiado. Sin embargo, esta idea puede no ser relevante para la constelación en cuestión ni para las necesidades del consultante. En cambio, puede limitar la capacidad del terapeuta para percibir y entender la dinámica real que se manifiesta en ese momento.

Por otro lado, el consultante también puede tener sus propias ideas preconcebidas sobre lo que necesita o cómo debería ser la solución a su problema. Estas ideas pueden ser caprichosas y desvincularlo de la realidad de su sistema familiar. En lugar de abrazar lo que realmente es, el consultante puede aferrarse a una imagen idealizada de sí mismo o de su familia.

La Importancia de la Presencia

En contraposición a las ideas preconcebidas, la presencia emerge como un elemento fundamental en la terapia de constelaciones familiares. La presencia implica estar plenamente presente en el momento presente, sin juicios ni expectativas. Cuando tanto el terapeuta como el consultante cultivan la presencia, se abren a una comprensión más profunda de lo que está ocurriendo en la vida y en la dinámica familiar.

La presencia amplifica la percepción y permite una conexión más profunda con el sistema familiar de cada persona. En lugar de vivir desde el autoconcepto limitante, que se basa en ideas preconcebidas sobre quiénes somos, la presencia nos invita a experimentar la realidad tal como es. Esto significa que podemos reconocer y aceptar nuestras emociones, incluso si parecen contradecir nuestra imagen de nosotros mismos. Por ejemplo, podemos permitirnos estar tristes, aunque creamos que somos personas alegres, o reconocer nuestra debilidad a pesar de identificarnos como personas fuertes.

Cuando me toca sentarme frente a un consultante, no pongo al mapa preciso sobre la experiencia, ni un manual-guía médico sobre el síntoma, pues no sé qué surja en la experiencia misma del momento, que es dónde se muestra la solución al problema. Mientras más maestría, más presencia y menos ideas previas, más fenomenología.

La Maestría a Través de la Presencia

Cuanto más cultivamos la presencia como terapeutas, más invitamos a nuestros consultantes a hacer lo mismo. En situaciones incómodas o dolorosas, es común que las personas eviten enfrentar la realidad tal como es. Sin embargo, la presencia terapéutica puede alentar a los consultantes a explorar incluso lo que es difícil de afrontar.

En conclusión, las constelaciones familiares se benefician enormemente de la presencia tanto del terapeuta como del consultante. La presencia permite una comprensión más profunda de la dinámica familiar y una conexión más auténtica con la realidad. Al dejar de lado las ideas preconcebidas y abrazar la presencia, podemos desbloquear el potencial de sanación que se encuentra en el momento presente y en la belleza del sistema familiar.  La presencia amplifica la percepción, se abre uno a comprender lo que se da en la vida y a la dimensión de la familia de cada persona. En esos átomos presentes, en cada respiración, en cada cabello, se muestra la belleza del sistema familiar completo, con esta mirada podremos hacer algo, no con nada más.